miércoles, julio 05, 2006

Recuerdos de un viaje


Hace dos días volví de Argentina. Fue todo nuevo para mí. Era la primera vez que viajaba sola, al extranjero y trepada en un avión. Luego, todo fue fluyendo con mayor naturalidad. Mis recorridos por Buenos Aires bajo una lluvia diluvial, una copa de buen vino, la flor de naranjo y tu presencia que hizo especial este viaje. Muchas fotos trataron de reflejar lo que mis ojos y mi alma habían disfrutado y por cosas del azar y la nostalgia, dejé olvidada mi cámara en el avión y podría decirse que con ella perdía mis recuerdos. Sin embargo no fue así, los mejores recuerdos se quedan en mi memoria y para mí, en esos paseos nocturnos por la Av. Corrientes, en esos tropiezos que llamábamos tango al tratar de bailarlo en una vieja posada de Caminito, en ese atardecer en el delta del Río de la Plata o en la impresionante vista de la Garganta del Diablo en Iguazú. Porque para dar inicio a este blog, nada mejor que contarles que a pesar de que mis fotos no están más a mi lado, excepto algunas que pude salvar, la persistencia de la memoria es tan intensa, que puedo cerrar los ojos y sentir el olor de la lluvia y tu pelo mojado y saber que a pesar de todo, en esos días de viaje fui muy feliz.

1 comentarios:

O.Khayyam dijo...

Nunca perdemos si no lo que nunca tuvimos, lo que no nos perteneció, lo que no era ni es nuestro. La mente, el alma y la memoria son los únicos capaces de albergar los formatos de archivo de nuestros recuerdos.

Un evocador comienzo a traves de un fin un comienzo que continuaun proceso