Los recuerdos se agolpan en la memoria como los latidos en un corazón enamorado. Este blog trata de reflejar lo que evoca mi memoria, para no perderlo cuando ella deje de hacerlo, para sentirlo con más fuerza cuando no sepa si es un sueño lo que estoy viviendo o si estoy despierta. Bienvenidos sean todos los que viven entre el sueño y la vigilia....y aquellos que no también, para que se dejen llevar y lo disfruten.
Todas las mañanas antes de ir al colegio, mi hermana y yo estábamos acostumbradas a levantarnos de la cama teniendo de fondo musical boleros. De esa afición musical de mis padres y de esa época proviene hoy mi gusto por tan sentidas melodías, que evocan en la mayoría de los casos penas y dichas de amor. De cierta manera, como alguna vez leí en algún lado, nuestra vida está llena de momentos a los que la música nos remitirá indefectiblemente, como si cada pasaje de nuestra vida formará parte del soundtrack de nuestra existencia. A veces nos parece imposible concebir que tantas y tantas canciones, disímiles muchas entre sí, nos hayan marcado en ciertos instantes a lo largo de los años vividos.
Y claro que cuando suena alguna canción que nos lleve a recordar un momento feliz, inmediatamente veremos dibujada en nuestro rostro una sonrisa que despide luz propia. Así como habrán canciones que harán que rueden las lágrimas por nuestras mejillas. Lo esencial de la música como elemento mediático para aproximarnos a los recuerdos, está justamente en transportarte en tiempo-espacio a todos los lugares donde estuviste y por qué no, a los que quieres estar, sean reales u oníricos. Y te vendrá a la mente de repente, no sólo la imagen de tu primer beso, sino también de tu primera balada, de tus fiestas inacabables cuando creías que la juventud lo podía todo, de tus tardes en casa de algún amigo disertando sobre de donde venimos y adonde vamos. Recuerdos, música, recuerdos, música...hablar de ambos es hablar de lo mismo. Hoy pon esa melodía que te lleve allí donde la memoria aún puede llegar.
Y por si esta memoria caprichosa me falla algún día, esta noche voy a poner el video de una canción muy especial que me hace acordarme de tí, de cuanto significas para mí y que me demuestra, que aunque pase el tiempo, mi corazón me susurrará siempre que desearía tanto que estuvieras aquí.
Recuerdo que en más de una oportunidad en mi etapa adolescente me tocó resolver esos tests donde te preguntaban respecto a cómo sería tu príncipe azul. En dicho interrogatorio al que uno se sometía en esas viejas revistas del corazón o en algún improvisado slam - sí, esos viejos cuadernos llenos de preguntas disparadas a quemarropa - no olvidaré jamás que una pregunta recurrente era: ¿cuál es para tí el lugar ideal para una cita perfecta? Las alternativas de respuesta eran de lo más variopintas, e iban desde la típica cena romántica a la luz de las velas, pasando por un paseo en el parque de diversiones - imaginando que debes contener las náuseas porque estás en plena caída libre de la montaña rusa al lado del chico que te gusta - y llegando finalmente a la opción que es objeto del post de hoy: en un concierto.
Siempre me gusto la música y mis gustos se fueron ampliando a medida que pasaban los años. Con esta nueva afición vino también el placer de disfrutar las melodías de mis cantantes o grupos favoritos en vivo y en directo, recalando el potente o suave eco - dependiendo el caso - de lo que tocaban en mis oídos. Con la música siento una comunión espiritual única que me ha ocasionado ser tildada de "posera" o epítetos semejantes en mi vano intento porque la gente me entienda. Creo, desde mi subjetiva percepción, que lo ideal es disfrutar un concierto de música con la gente que experimenta sensorialmente ésta, de manera similar a como lo hace uno.
Pero, ¿qué pasa cuando a tu amigo/a y/o pareja le disgusta tu manera de ver un show musical? ¿Cuándo detesta que grites como un/una desofarado/a mientras la otra/el otro se mantiene imperturbable para apreciar un espectáculo musical "como se debe"? Es complicado, definitivamente. Perointuyo algo, cuando te enamoras empieza esa extraña fusión que los filósofos del romanticismo (precedidos por el ilustrísimo Platón y "la búsqueda de la mitad perdida de nosotros mismos") llaman la unión de dos almas en una, la compenetración, más alla de una simple "química", algo que ni el mejor de los alquimistas podría descifrar. Entonces, los dos como si en un trozo de plastilina se tornaran en uno, adaptan costumbres, ritos, hábitos y de repente lo único que deseas es estar con la persona que amas envueltos en una burbuja invisible, encontrando en el concierto, solamente un pretexto para demostrarse mutuamente, que así toquen el peor blues de la historia o la más atrapante pieza de rock and roll, lo esencial es sentir que confluyen los sentimientos de ambos con un fondo musical de su agrado, produciéndoles una increíble sensación de bienestar.
Por eso, hoy quiero desear a todos/as que encuentren a esa persona con la que se puedan hacer una..... y si no es así, que entiendan que todo es un proceso y hay que tener paciencia porque es inevitable que un concierto en pareja no desencadene en un entrelazamiento de notas musicales emitidas desde un escenario majestuoso y desde nuestro corazón.
Una canción de los Killers...un concierto que pronto estará x akí....y tú sabes q kiero ir contigo....sí, contigo.....Can you read my mind?
Intentar comprender por qué motivo aparecen los celos en nuestras vidas no es tan sencillo cómo intentar descifrar por qué el sol aparece cada mañana, no hay criterios científicos que incidan en determinar cuando se va desatar una escena de celos. Definitivamente se apoya mucho en la inseguridad de una persona pero ello entra en contacto con otros factores adicionales.
La Wikipedia trata de definirla como una respuesta emocional, mental y conductual que surge ante la percepción de parte de la persona "celosa" de una amenaza externa que pone en peligro una relación personal importante con la persona "celada". Sin embargo, ¿cómo precisar en qué instante empezamos a sentir este riesgo en nuestro entorno? ¿cómo evitarlo? Considero que hay múltiples situaciones en las que no necesariamente crees que vas a perder algo, pero el hecho de ver que el objeto de tu afecto es objeto de atención de muchas personas, puede generar una especie de rechazo a ese avocamiento desmedido hacia él/ella. ¿Podríamos decir que en parte se debe a que quisieras esa convocatoria de multitudes en torno a ti? ¿o acaso que solamente es una reacción egoísta porque quieres a algo/alguien solamente para tus ojos?
"Otelo y Desdémona"
Sea como fuere, es parte de nuestra naturaleza humana errática fallar en ciertos aspectos de conducta y caer con facilidad en las garras de los celos. Lo recomendado en estos casos es mantener la tranquilidad y pensar sosegadamente en que pensamientos de ese tamiz no llevan a ningún lado. Ha habido, hay y habrán muchos casos de celos que desencadenan en consecuencias fatales, las que perfectamente podemos visualizar con el fondo musical del triste cantar de Desdémona antes de morir en manos de Otelo. Ahora el tema es saber cómo llegar a ese estado de paz en que el peso de tu pecho te libere de cadenas tan peligrosas como esas ¿cómo? Siempre me jacté de no ser celosa, hoy siento tan terrible sensación y aunque trato de apartarla de mí, debo confesar que tengo miedo.
"Los abrazos rotos", una peli de Almodovar que aborda el tema de los celos en la construcción de sus personajes. No perdérsela cuando se estrene aquí en Lima.
"Werewolf" de Cat Power, parte de la banda sonora de la peli antes mencionada. Precisa para sobrellevar ese momento en que nos invaden esos demonios llamados "celos".